Este año se nos ha dado muy bien la pesca de la caballa y estorninos (que son sus hermanos mayores).
Y puesto que ya nos hemos cansado de comer y repartir por familiares y vecinos, las próximas capturas serán para hacerlas en conserva.
Haremos la conserva al estilo de como hacen el bonito pero con alguna variante a gusto del consumidor, y para esto necesitaremos:
– Caballas
– Ajo fresco (opcional)
– Laurel (opcional)
– Pimienta negra en grano (opcional)
– Aceite de oliva o de girasol.
Lo primero será quitarle a las caballas una vez limpias la cabeza y la cola. Las haremos en dos o tres trozos dependiendo de su tamaño para así sacar los lomos que coincidirán en una menor longitud con el tarro a conservar.
Seguidamente se cuece la caballa con sal unos 7 minutos. Cuando se haya enfriado, le retiraremos la piel y las espinas procurando conservar los trozos lo más grandes posibles y dejaremos estos a secar con un papel secante para eliminar la máxima cantidad de agua. Desecharemos la carne más oscura porque tiene un sabor más fuerte y nos quedaremos con la de color claro.
En los botes de conserva previamente esterilizados (en el lavavajillas mismo) colocaremos, siempre a gusto del consumidor, un dedo de aceite, unas 3 bolas de pimienta negra, una hoja de laurel, un ajo fresco a láminas y seguidamente los lomos de caballa. Rellenaremos de aceite y le quitaremos el aire que se haya quedado entre los lomos si es que lo vamos a hacer al baño de maría para que se conserve durante mucho tiempo.
Ahora tenemos dos opciones; podemos dejar macerar los botes en la nevera unas 48 horas y utilizarlo por un período determinado, o hervirlas al baño maría como la conserva tradicional y tenerla durante mucho tiempo (esta conserva es conveniente utilizarla al cabo de 2 o 3 meses y si algún bote no se ha hecho bien enseguida lo notaremos al abrirlo).
Yo las he hecho de las dos maneras y así las disfruto por más tiempo. Espero que os haya servido el consejo